Si eres fan del Operación Triunfo de 2017, recordarás esa actuación de Amaia Romero. Con un vestido ochentero de brillantes blancos y dorados nos emocionaba a todos cantando Shake It Out a pleno pulmón. Sin desmerecer el talento de nuestra pamplonica -hay quién dice que no existen canciones malas, sino canciones que Amaia no ha versionado-, cabe señalar la importancia en la elección del tema.
Una servidora, que es muy fan de la banda, se puso contentísima cuando se enteró de que iban a interpretar una de sus canciones en plató. Supe que el éxito estaba asegurado. Que la letra, que la fuerza y la interpretación iban a coronar al concursante.
Porque Florence no falla. (Y yo tampoco 😋)
¿Quienes son Florence + The Machine?
Florence and The Machine es un grupo de indie-folk británico que se forma en 2007 por Florence Welch, Isabella Summers, Rob Ackroyd, Tom Monger y otros artistas colaboradores. El nombre viene de las dos mujeres principales: Florence por Florence (valga la redundancia) y Machine por el seudónimo de Isabella. Lo que empezó como una broma adolescente, terminó siendo el punto de partida para el álbum “Lungs”, que lo petó en 2009.

Reyes de las BSOs
Los temas cumbres de este primer álbum serian dos: Kiss With a Fist y Dog Days Are Over. El primero lo pudimos escuchar en películas como Jennifers Body o Wild Child, mientras que el segundo apareció en la serie británica adolescente más vista por mi generación: Skins. Las letras eran bastante traumáticas, pero el TV show lo era más.
Para que os hagáis una idea, la frase que abre Dog Days es “happiness hit her like a trail on a track”. Que se traduce como “la felicidad le dio una hostia como un tren en una vía”. Un comienzo tan simple como atrevido nos avisa de cómo va a ser el resto del camino: una oda a la plenitud del ser, sombría y poética, pero muy alegre y hasta con toques de humor.


Su primer álbum es para bailar, cantar y soñar. Las percusiones y cuerdas estridentes de Rabbit Heart y Drumming Song (e incluso Falling o Cosmic Love) impactan contra la sordez de Girl With One Eye y la paz de Howl. Están escritas desde el ínpetu y la juventud. La inexperiencia. La rabia. Y las ganas de vivirlo todo. Por eso creo que es un acierto que las bandas sonoras que más apelaban a las nuevas generaciones las llevaran por bandera.
Entremés
Muy poco después, la banda puso rumbo a Ceremonials.
Este disco, tal como su propio nombre indica, nos lleva a un oscuro remanso espiritual. Parece la tila que nos tomamos el día después de salir de fiesta, esperando compensar todo que hemos perdido. También es ese momento de debilidad en el que nos planteamos quienes somos, adonde venimos y qué nos hace sufrir tanto.
De hecho, el primer single se titula Only If For A Night, y tiene frases como:
“And I heard your voice, as clear as day
And you told me I should concentrate
It was all so strange, and so surreal
That a ghost should be so practical“

Coros, arpas, piano y batería acompañan -y no solapan, como sí escuchábamos en el debut- la voz de Florence, que se luce mucho más aterciopelada y cariñosa. El disco transcurre entre la desesperación de Seven Devils, No Light-No Light o Lover To Lover, y la revelación de What The Water Gave Me y All This And Heaven Too.
Es precisamente en Ceremonials donde encontramos el tema Shake it Out que Amaia interpretó a la perfección. Una buena catarsis para despojarse de los complejos y darse una buena ducha. ¡Recordemos que seguimos de resaca!
La Odisea
Y llegamos a lo que para mí es la creme de la creme.
La publicidad de “How Big, How Blue, How Beautiful” va sorprendiendo con teasers de videoclips donde se demuestra lo potente que es la expresión corporal de Florence Welch. En varias escenas aparece ella y su, ¿gemela? bailando en situaciones de todo tipo: tiernas, angustiosas, vivaces… Se empiezan a escuchar rumores: si va a ser una película, si van a ser temas religiosos…


El 10 de Febrero de 2014 se descubre que todos tenían un poco de razón: Florence And The Machine lanza su interpretación del Infierno de Dante. La artista muestra su redención a pecho descubierto, en un descenso para enterrar y llorar y quedar tranquilo. Florence confiesa haber sufrido de varias adicciones y depresiones durante su carrera y nos da la esperanza que no sabíamos que necesitábamos.
La abertura se la lleva What Kind of Man, que guía con sonidos sordos de percusión la gestión emocional de una pareja tóxica. El disco oscila entre la tormenta de Various Storms & Saints o Caught y la epicidad de Queen Of Peace, en un audiovisual de más de 1 hora. En Youtube lo podéis ver completo.

Tengo que resaltar mi subjectiva predilección por Queen of Peace, que tanto me ha acompañado durante estos 10 años que lleva en Spotify. Desde la primera nota puedes sentir la pena y la nostalgia que evoca la historia de una niña que solo quiere que todo esté bien.
High As Hope y Jenny Of Oldstones
De High As Hope, por desgracia, tengo poco que mencionar. Este capítulo nos muestra un grupo más reflexivo y elocuente, pero deja insatisfecho al público que quería algo de fuerza. No le falta en absoluto solvencia, pero cae en un plano neutral que hace querer más y no poder. Según este artículo de Pitchfork, el álbum fue producido junto a Emile Haynie, quien llena sus producciones de enormes baladas hechas de dusty air, que quedan tan bien en artistas como FKA Twings, pero que con Florence no acaban de dar el pego.
Pese a mi inicial hastío, a día de hoy miro esta pieza con más cariño. Temas como 100 Years o Sky Full of Song tienen un ritmo suave y tierno (aunque también pinchan) y van de lujo para sacar a nuestra niña interna a pasear. El resto parece ser la copia de las mismas con diferentes nombres.
Durante esta era, el grupo también se involucró con HBO (ahora MAX) para sacarnos unas lágrimas durante la última temporada de Juego de Tronos. Mientras los caminantes blancos acechaban Invernalia y todos los personajes se preparaban para morir; entre los abrazos, las lagrimas, la impotencia y el miedo, Podrick y Florence posteriormente nos contaban la historia de Jenny of Oldstones.
Y dice así:
“High in the halls of the kings who are gone
Jenny would dance with her ghosts
The ones she had lost and the ones she had found
And the ones who had loved her the most“
Piel de gallina. Jurao.
Un último baile
Dance Fever se estrena a la par que acaba la pandemia del Covid. Tal como confirmó la propia vocalista: esta reclusión forzada la hizo estar más enferma por bailar que nunca. El mismo título hace referencia a esos rituales y leyendas sobre bailar hasta el agotamiento e incluso la muerte.

Con la misma energía mística a la que nos tiene acostumbrados, Florence se pone frente a la cámara para recrear las cartas del Tarot que se usarán de portada para cada una de las canciones del álbum. Adelantándome a los acontecimientos, en su página web disponen de un Card Reader personalizado. Junto con Spotify (la magia existe, pero no tanto) te harán saber qué canción del álbum te ha escogido.
En sus canciones encontramos reminiscencias de la Edad Media, de las brujas y de las olvidadas (como el tema Cassandra, que se pone en la piel de la hija de Hécuba y Príamo, quién con el don de ver el futuro rechazó el amor de Dios y fue castigada a no ser creída jamás). Referencias explícitas al rechazo (The Bomb o Morning Elvis), al amor (My Love) y a la demencia (Free). Sin olvidar los problemillas de ser mujer (King) y su consecuente venganza (Girls Against God). En este álbum, Florence está contando historias, nos mira desde un plano astral y recita las leyendas que nos han llevado hasta ahí.
Para acabar, aunque Mermaids es un tema que se publica a posteriori, os animo a incluirla en vuestras playlists. Seguro que acabará formando parte de vuestro Top 10 canciones de los últimos meses.
¿Qué más se puede pedir?
Florence + The Machine es inigualable, tanto por calidad vocal como por sus directos curativos y su gran equipo de músicos. Desde el primer momento se ha ganado el respeto de la crítica británica mezclando el pop con el folk, el r&b y el rock, aunque también ha marcado su destino la pasión con la que interpreta su repertorio.
Por mi parte, solo he conseguido verlas en vivo una vez, después de que sacaran How Big How Blue How Beautiful. Lloré durante la mitad del concierto y la otra mitad estuve en trance. Todavía lo recuerdo con nostalgia y paz. Florence se desenvuelve con desgarro en el escenario, y sea o no feliz haciendo giras -que quién sabe-, va a hacer que te sientas en conexión con la música y no puedas pensar en nada más.
Por pedir, pido que podamos seguir disfrutando de sus emociones unos años más.
God bless them.