Café 3

Café es una serie de narraciones basadas en extractos de conversaciones reales. Disfrutadlas en vuestra terraza de confianza.

Psicólogos del amor

Julia, Sandra e Inés hablan sobre la vida. Los novios, las novias y las experiencias. Julia lleva más de tres años con Sandra, y habiendo superado la crisis de los 2, ya están consolidadas como una de las parejas más longevas del grupo. Inés acaba de empezar con Mateo, un chico italiano parecido a Leonardo DiCaprio que le saca dos cabezas y dos másters en fútbol (o en otras palabras: es un misógino). 

Por lo general, a Inés se le hace bola quedar con las dos amigas a la vez. Ya sabes “por separado son majísimas, pero cuando se juntan…” Se miran mucho su propio ombligo y al resto por encima del hombro. Si algo se mueve, es criticable. Y si no, a veces también.

Ya llevan un buen rato sentadas en su bar de confianza. De confianza de Sandra, porque la verdad es que el sitio apesta a dinero y semillas de chía. ¿Alguna sabía que esto último es la causa de su repentina diarrea matutina? Inés ha decidido que no va a ser ella la que haga el comentario. En parte porque van a desmerecer totalmente su conocimiento, y en parte porque desea que se sigan cagando encima. 

Antes de irse cada una a su casa chismorrean un poco sobre Mateo. Que si tiene un pelazo, que si los músculos del Insta son de verdad, que si le hace bien el amor (¿cómo un Italiano de la Italia del sur o del norte?). Inés está empezando a pensar que no son tan lesbianas como aparentan.

Julia se da el placer de dar el brochazo final a la conversación.

“Es que es tan guapo. No entiendo como…”

Una terrorífica pausa avecina lo peor. 

“No entiendes como, ¿qué?”

Inés sabe perfectamente cómo iba a acabar la frase. El tono y la suspensión han pronosticado un daño irreparable. Lo que no acaba de entender es si ha sido un desliz o un hecho premeditado… con Julia podría ser cualquiera de las dos cosas. 

Para esclarecer la jugada hemos traído al hermano de Mateo, que dice ser licenciado en Psiquiatría:

El sujeto parece estar charlando animadamente de la última pareja de Inés, aunque anda cavilando por su cuenta. Se nota porque está desviando su mirada hacia la esquina derecha. Cuando estamos escuchando un relato, nuestra mente tiende a revisar el imaginario para darle más vivacidad.

Por la cabeza del sujeto habrán pasado dos imágenes: una de Inés y otra de Mateo. Con sus altas capacidades ha conseguido comparar las proporciones de ambos y llegar a la conclusión matemática de que Inés es mucho más fea que Mateo. Ante esa clarividencia, ha activado el proceso de verborrea a una velocidad demasiado alta. Cuando su sistema de habilidad emocional ha detectado que esa última frase podría suponer un desajuste en los sentimientos de Inés, el sujeto ha sufrido una retracción (vemos que tira las escápulas hacia atrás). Pero un instante después se ha abierto el grifo de dopamina que predecede a la humillación de otro ser humano (nos fijamos en que vuelve a mover el cuerpo hacia delante) y ha acabado por formular las palabras oportunas.

Con estas imágenes podemos concluir que, efectivamente, el sujeto ha premeditado la segunda frase.

Ahora que ya hemos desmontado el argumento, ¿cuál será en desenlace?

… ¡cómo no habíais empezado a salir antes!